Captar financiación. Diferencias entre emprendedoras y emprendedores
La dificultad para captar financiación es uno de los grandes retos a los que se enfrentan tanto mujeres emprendedoras como emprendedores.
En todo este proceso, teóricamente, suele darse una ley no escrita en el ecosistema empresarial: el dinero se mueve hacia las empresas potencialmente rentables.
Sin embargo, cuando las mujeres emprendedoras buscan captar financiación e inversión, pese a contar con empresas más rentables, no logran que el dinero fluya a sus startups en las fases iniciales, o no al menos a la velocidad y volumen con los que sí cuentan los emprendedores.
¿A qué se debe esto? ¿Cuáles son las claves y diferencias al abordar este proceso en relación a los hombres? He preguntado a varias emprendedoras e inversoras de referencia sobre este aspecto.
Te comparto aquí sus opiniones.
Hay pocas mujeres inversoras
El hecho de que existan pocas mujeres inversoras es relativamente importante de cara a captar financiación.
Como pasa en cualquier otro network, y como explicábamos en este artículo sobre el rol de la mujer en los networks emprendedores, en esos entornos, priman las relaciones informales, y estas suelen darse por afinidad.
No te revelo ningún secreto cuando digo que, por lo general, los hombres se juntan con hombres y las mujeres con mujeres por un tema de afinidad. Cuando haces una ronda, te das cuenta de que la mayoría de los que ponen el dinero son hombres.
Esto no implica únicamente una cuestión de cercanía hombre-hombre, sino de entendimiento. Siempre es peligroso generalizar, pero después de muchas conversaciones con mujeres emprendedoras, todas ellas me han transmitido que tienen una forma de enfocar los problemas diferente, y que es más difícil que un hombre pueda entender cierto tipo de proyectos y problemáticas.
En concreto, recuerdo las palabras de Elena Gómez del Pozuelo en Follow and Connect, que dan para una profunda reflexión:
“Cuando se necesita dinero de verdad, el 95% de los partners son hombres. Y muchas veces las mujeres pensamos en proyectos de impacto social, en proyectos que nosotras hemos necesitado, -o sea, que hemos experimentado esa necesidad-, y los hombres no. Y muchas veces no lo entienden. Es así.
Entonces, si hubiera más mujeres en puestos directivos de VC en toda Europa, habría muchísima más financiación llegando a proyectos liderados por mujeres. Sólo el 5% de lo que invierten los VC va dirigido a proyectos de mujeres. En cambio, el 60% de los proyectos de mujeres, aunque quizá no alcancen la velocidad o magnitud de otros proyectos fundados por hombres, sobreviven mucho más“.
Si hubiese más mujeres inversoras, es bastante probable que fluyese financiación hacia proyectos de emprendedoras.
Formas de actuar y de pensar diferentes
El emprendedor y la emprendedora tienen formas de pensar y actuar diferentes al abordar un proceso para captar financiación, y que sucede de manera similar en todo el mundo como explicaba Taryn Andersen:
Estas diferencias a la hora de comportarse, se ven en cuestiones muy concretas, como puede ser el síndrome del impostor (del que hemos hablado aquí), los sesgos por afinidad (donde la falta de referentes femeninos, y en general de emprendedoras, ha dificultado la entrada de las mujeres en los networks profesionales informales), o el comportamiento de la mujer ante el riesgo.
Sobre esa llamada aversión al riesgo, aparentemente más acuciada en mujeres que en hombres, parece lógico pensar que es malo, ya que en el ecosistema startup, aparentemente, arriesgarse poco puede suponer asumir un elevadísimo riesgo (valga la redundancia).
No obstante, eso no tiene por qué ser malo. En Follow and Connect, Mireia Badia daba una interesante matización al respecto:
Más posibilidades para captar financiación pública
Como explicábamos, la financiación de una startup es un proceso largo, que consume muchos recursos y una labor muy difícil, asemejable muchas veces a la del encaje de bolillos. Precisamente por eso, no se debe cerrar ninguna opción, mucho menos las que ofrecen entidades como ENISA, CDTI, o el EIC…
Hay opiniones controvertidas respecto a lanzar esas líneas específicas para solucionar el problema de la financiación para las emprendedoras.
¿Es esto positivo? ¿Es necesario hacerlo? ¿Se debe potenciar? Os dejo la opinión de Alicia Zurita, CEO y fundadora de Lubets:
Si quieres que te ayudemos a captar financiación pública para startups innovadoras, estamos especializados en las líneas específicas de ENISA y CDTI.
Pídenos una reunión, y analizaremos tu caso concreto:
