Claves para fomentar la transferencia tecnológica en nuestro país

La transferencia tecnológica es una actividad fundamental dentro del ecosistema innovador facilitando que los conocimientos tecnológicos (incluida la propiedad intelectual) fluyan desde áreas de investigación al mercado.

En esta actividad hay varios agentes fundamentales:

  • Creadores e investigadores. Destacando las Universidades, los Centros de Investigación públicos y privados.
  • Transmisor de la tecnología, que puede ser:
    • El propio investigador, que licencia y desarrolla su propia empresa (Spin-Off), o incorpora e integra dicha tecnología a su oferta, a fin de comercializar la tecnología.
    • Empresas licenciadoras que adquieren, hacen uso y comercializan esa tecnología.
  • Sociedad en su conjunto, que se beneficia de esta transmisión tecnológica.

¿Cómo se puede dar la transferencia tecnológica?

Desde el punto de vista de la transferencia tecnológica, también conocida como transferencia de conocimiento, cabe destacar que hay comportamientos diferentes en la manera de hacerla por cada país y región, sin embargo, las dos modalidades más habituales son mediante el uso de licencias, y la interacción investigación-empresa.

En aquellos países que cuentan con una cultura sobre propiedad intelectual muy asentada y una oficina de patentes muy potente, como es el caso norteamericano, imperan los mecanismos de transferencia de tecnología basados en licencias.

En países con menor cultura de PI, con mercados más fragmentados y un sistema de patentes débil, -el caso de España o muchos países Latinoamericanos-, la transferencia de conocimiento se basa mayoritariamente en la interacción con la industria; mucho más que en las licencias.

Salvo entornos económicos muy basados en ciencia, los mecanismos basados en la interacción investigación-empresa son mucho más efectivos que los basados en la licencia. Sin embargo, hay importantes barreras para que esta transferencia entre Universidad-Mercado se de de manera efectiva.

La situación de la transferencia tecnológica en España

Nos encontramos en un entorno, el de la investigación y desarrollo, que está en plena transformación. No en vano, y pese a que la inversión en I+D+i España durante los últimos años rondaba el 1,22% del PIB a I+D, se ha fijado el objetivo de llegar al 3% del PIB en I+D+i para 2030.

El marco de referencia fijado en la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027 define específicamente como uno de sus objetivos prioritarios el refuerzo de la colaboración público-privada, la mejora de la transferencia de conocimiento y de la situación del personal investigador y de las instituciones, entre otros, a los que se prevé que se canalicen bastantes fondos.

El Índice Mundial de Innovación (Global Innovation Index – GII) clasifica las economías del mundo de acuerdo con su capacidad de innovación. Según este índice España ha pasado de estar en el puesto 26 en 2013, el 31 en 2020 y el 29 en 2022 y 2023. Una tendencia que debe revertirse.

GII España

La generación del conocimiento tecnológico español

La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), a través del Observatorio Español de I+D+i (ICONO), publicó en 2020 una actualización de los indicadores bibliométricos de la producción científica española para el periodo 2006-2019 basándose en los datos de las dos principales bases mundiales de referencias bibliográficas y de citas de carácter científico: Scopus y Web of Science (WOS).

Las conclusiones de ese informe destacables eran:

  • Un 12,2% (según WOS) o 17% (según Scopus) de las publicaciones científicas españolas del 2019 pertenecían al grupo de las más citadas del mundo.
  • De los países de nuestro entorno, España según Scopus con 93.417 publicaciones ha sido con un incremento cercano al 6% el país que más ha crecido en 2019 en número de documentos científicos publicados.
  • La producción científica española se cita un 20% más que la media mundial.

En un ámbito más cualitativo, Rocío Pillado (Adara Ventures) reflexionaba en Follow and Connect acerca de los perfiles I+D+i. A su juicio, “los perfiles de ingeniería que formamos en España son extremadamente buenos, si bien tenemos el hándicap en las universidades que son perfiles tan técnicos que no somos capaces de sacarle valor de negocio al research”.

Parece que el principal problema de la I+D en España no está en la investigación y la producción de conocimiento sino más bien en trasladarlo al mercado…

La transferencia tecnológica Universidad-Empresa en España

Dentro de la transferencia del conocimiento, en España contamos con más de 10.000 grupos de investigación (muchos de ellos universitarios) dispersos que generan una transferencia de conocimiento importante, que en muchos casos no se ve reflejada, o se desperdicia por falta de encaje directo en el mercado o con empresas que potencialmente estarían interesadas en trasladar esa tecnología a mercado.

En ese sentido, cabe mencionar al informe De la Transferencia a la Cooperación elaborado en 2019 por COTEC.

Dicho informe pone de relevancia el importante papel que juega a todos los niveles la necesidad de evaluar, reconocer y potenciar la actividad de transferencia del conocimiento; ejemplificando uno de los mayores problemas de la transferencia del conocimiento generado por los investigadores: la falta de visualización del resultado de su esfuerzo investigador (Un 94,38% de los investigadores consultados afirma realizar transferencia de conocimiento e innovación frente a un 5,62% que dice no realizarla).

Este hecho muestra que puede ser una de las causas que dé lugar al escaso flujo de relación entre el investigador y la sociedad, particularmente con las empresas.

Esa falta de visibilidad del impacto supone una clara minusvaloración del resultado de la transferencia.

Según este informe, entre los mecanismos de transferencia más utilizados por los investigadores se encuentra la publicación y la divulgación con un 88,7%, la asistencia técnica con un 76,2% y la formación con un 66,7%. Mientras que entre los menos utilizados estarían el acuerdo de licencia con un 23,2% y la creación de empresas con un 20,2%.

Sin embargo, los investigadores consideraban en ese informe como barreras importantes a la hora de establecer colaboraciones con el sector privado las siguientes:

  • El 70,1% destacan la dificultad en la financiación de proyectos (falta de ayudas públicas, fondos para contratación, etc.)
  • El 56,9% denotan dificultades administrativas (en la firma de contratos y acuerdos, rigidez de los programas de colaboración, en la contratación PII, etc.)
  • El 39,1% ejemplifican un desconocimiento de la oferta y capacidades científico técnicas
  • El 37,9% describen al desconocimiento de las diferentes vías de colaboración como una barrera.

En paralelo, el informe pone de manifiesto uno de los déficits más graves que tiene el sistema de I+D+I español: una escasa interconexión y acceso al conocimiento y la excelencia científica, y una gran dificultad de implementación efectiva y uso de estos conocimientos en la resolución de grandes retos y necesidades sociales y de mercado.

Para ello, el estado promovió y legisló una estructura de entidades dedicada específicamente a la función de transferencia, —compuesta mayoritariamente por universidades y organismo públicos de investigación españoles—, las llamadas Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), renombradas recientemente como Oficinas de Transferencia de Conocimiento (OTC).

La función de estas oficinas es catalizar y facilitar las relaciones entre la universidad y la empresa, desde ka detección de los resultados de investigación y su protección legal hasta su comercialización.

A pesar de la gran cantidad de centros investigadores y de su producción I+D, y del apoyo de las OTC, la mayoría de ellos no cuentan con una estructura empresarial que permita dinamizar y medir la correcta transferencia del conocimiento I+D generado por éstos hacia el entorno empresarial (transferencia generadora de valor económico).

¿Cómo mejorar más la transferencia tecnológica Universidad-Empresa en España?

Parece claro que una de las claves para que se potencie esa transferencia pasa por mejorar la relación Universidad-Empresa. En ese sentido, la conversación que tuvimos con María López (Bitbrain) es muy interesante, ya que es un perfil ideal para hablar de este tema.

Por un lado, ha trabajado siendo una reputada investigadora y docente en la Universidad, por el otro montó su empresa desde una Spin-Off, colabora con fondos deep tech y tiene una visión completa del ecosistema investigador.

Para ella, hay varios aspectos clave a abordar para facilitar y dar más peso a la transferencia tecnológica:

1. Cambiar los objetivos y los KPI para fomentar la transferencia

Para ella, lo que cambia y modifica las tendencias (y permite acercar la transferencia al mercado) son los objetivos y los KPI.

Si los KPI investigadores de, por ejemplo, publicaciones exigen investigación básica para poder publicar en las revistas de alto impacto, la investigación aplicada estará lejana.

Para María, “hay algunos KPI relacionados con transferencia, pero tienen un peso ínfimo en comparación con otro tipo de cosas”.

2. Se pierden los perfiles investigadores con perfil empresarial

La mayoría de investigadores están en la Universidad. Sin embargo, la investigación universitaria está muy mal pagada… y es algo que se debería resolver.

“Los profesionales que trabajan en las universidades cobran poco en comparación con lo que podrían cobrar en una empresa, sobre todo en el ámbito científico-tecnológico”.

Esto genera por un lado, que se pierdan los perfiles que si quieren hacer investigación básica o aplicada…

Por el otro, quiénes se acaban quedando en la universidad son los investigadores que quieren hacer investigación o docencia, que no lo hacen por una cuestión económica, y que no les atrae el mundo de la empresa. Si no les atrae el mundo empresarial, será difícil que quieran hacer transferencia.

3. No acabar con la investigación básica

Tampoco se puede poner todo el foco en fomentar la investigación cercana a mercado, sobre todo si supone un detrimento  de la investigación básica porque “es pan para hoy y hambre para mañana”.

Sin investigación básica, no se puede dar la investigación cercana a mercado ni, por supuesto, la transferencia.

4. Más ecosistema deep tech

El ecosistema Deep Tech, —a diferencia de otro tipo de entornos startups tech—, está despegando contando con más inversión y fondos (como por ejemplo Bullnet Capital o el de Ibercaja, con el que colabora la propia María), así como con más emprendedores, muchos de ellos investigadores, y startups.

Que este ecosistema crezca es clave porque los agentes del mismo tienen una visión de más largo plazo. Sigue siendo importante llegar a mercado, pero todo el mundo es consciente de que es una carrera de largo plazo y el perfil investigador aquí si puede desarrollarse convenientemente.

Esta charla con María nos arroja por un lado una serie de deberes para los políticos, y en general para toda la sociedad, pero también esperanza en que el ecosistema deep tech que se está desarrollando ayude a fomentar y traccionar a esos perfiles investigadores hacia el emprendimiento y con ello, a mejorar la transferencia tecnológica.


Hay motivos para la esperanza

Los datos de COTEC, de FECYT así como el desarrollo del ecosistema deep tech marcan que contamos con los ingredientes necesarios para hacer despegar este ecosistema I+D+i.

Contamos con buenos niveles de producción científica. Asimismo, están apareciendo más empresas y fondos deep tech que mejoran la visibilidad del emprendedor investigador.

Si logramos resolver la efectividad del sistema de transferencia de conocimiento hacia las empresas de, entre otros, las entidades académicas y Universitarias, es muy probable que veamos de nuevo a España subiendo puestos en esos listados.

Esperemos que el sector público siga apoyando muchísimo más financiera y burocráticamente la I+D+i, y en particular la transferencia tecnológica Universidad-Empresa con el apoyo del CDTI con ayudas como Neotec o PID, y otras líneas de financiación.

Como decía al principio, es algo que nos interesa a todos, porque es la sociedad en su conjunto la que se acabará beneficiando de todo ello.

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