En el emprendimiento, la idea no basta para conseguir financiación
Basta con compartir una charla con jóvenes emprendedores o husmear en los numerosos hilos de discusiones que sobre el emprendimiento se crean diariamente en Internet para que surja la queja eterna sobre la falta de apoyo económico que tienen. Sin embargo, las noticias sobre nuevas iniciativas tanto del sector público como privado para incentivar el emprendimiento son casi constantes. Entonces, ¿qué es lo que pasa?
Es un tema muy recurrente entre los que comienzan a dar sus pasos en el trayecto de creación de una nueva empresa. Buena parte de estos comentarios denotan su falta de experiencia ya que, prácticamente, desparecen entre los emprendedores más experimentados, tanto por sus éxitos como por sus fracasos. La mayoría de los que los hacen han empezado a mover sus proyectos en los numerosos foros de emprendimiento que hay en España. Acuden a ellos con un gran entusiasmo, ilusionados y confiados en el impacto que tendrá su idea en los inversores convocados… pero pasa el tiempo y nadie les reclaman.
Empiezan a sentir cierta frustración, algo que lejos de ser negativo puede ser muy positivo para que hagan callo y aguanten la difícil carrera del emprendedor. Pero, lo que llama la atención es que buena parte de estos comentarios es para criticar el poco dinero que les ofrecen los inversores para comenzar sus proyectos. “¿Qué se puede hacer con 50.000 euros?”, comentaban algunos en un foro de Internet. Otros, con tono indignado, avisan de que se tenga en cuenta que en ocasiones esa inversión se ofrece solo en forma de servicios de consultoría, de infraestructura TI u oficinas…
Quizás el problema es que al carro del emprendimiento se ha subido mucha gente que no tiene claro lo que significa emprender pensando que por tener una buena idea plasmada en un Investor Deck, les va a llover el dinero de business angels y de la financiación pública.
Una buena idea no basta para conseguir financiación
Pues lo sentimos, pero tener una buena idea no es suficiente para que un inversor confíe en ella y te la financie. Es fundamental demostrar una correcta ejecución. Esto implica, entre otras muchas cosas, apoyarla en un buen plan de negocio, un estudio de mercado, demostrar su innovación, una ventaja competitiva con un modelo de ingresos sostenible y validar su capacidad para ser atractiva a los consumidores o usuarios finales. En esto último creo que está la clave de la frustración.
Mi consejo es que hay que tirar fuerte de tu entorno más cercano sacando a los Friends, Fools & Family (las famosas 3 efes) lo máximo posible para, primero, demostrar que eres capaz de convencer a tus allegados, lo que incrementará tu credibilidad ante los inversores y, segundo, para poder dar esos primeros pasos que te permitan poner en marcha el modelo de negocio y comprobar si existen personas ahí fuera a las que les interesa pagar por lo que ofreces. Sólo así se consigue reducir suficientemente el factor riesgo para que los inversores en España estén dispuestos a comprometer su capital en tu proyecto.
Sí, claro, el anterior punto se refiere principalmente a la inversión privada. La pública, a primera vista, puede que parezca que dé más salidas para los emprendedores que se inician y que sea menos exigente con estas consideraciones… aunque, no te engañes, la realidad es que cuanta más credibilidad y más viabilidad ofrece el proyecto, más posibilidades tendrá de ser financiado por una línea de financiación pública. Lógico ¿no?
Queda claro entonces que llegar a tener un modelo de negocio funcionando, aunque lejos del break-even, es fundamental para lograr financiación, provenga de donde provenga.
Conclusión: Que hay que superar el espíritu pesimista endémico español; que el emprendimiento está en auge; que la administración está apostando por él con ayudas y medidas impulsoras; que hay inversores privados esperando proyectos razonados pero que, no te olvides, tienen en la ganancia económica su razón de ser y no regalan nada; que en los comienzos echar muchas horas y esfuerzo no te lo va a quitar nadie, no hay excusa que valga.
Recuerda el dicho italiano: Piano, piano, si va lontano… (poco a poco se llega lejos)… Ah!, y que con imaginación y sacrificio se superan los obstáculos.
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